Tashkent —ciudad de piedra— refugio de un poema sin héroe. Tashkent es hoy un abrazo con tres centros que aloja sin darse cuenta, pero no encuentro a Ajmátova entre sus vetas. Olvido que cimenta la memoria.
No llegaron los mensajeros deseados…
…Sólo sobre ti las noches blancas
…..con su hechicera danza circular.
La expresión feliz —en casa—
…resulta desconocida para todos,
…..todos miran por ventanas extranjeras.
Unos desde Tashkent, otros en Nueva York,
…y es amargo el aire del destierro,
…..como si fuera un vino envenenado.
Anna Ajmátova. Traducción de Mónica Zgustova y Olvido García Valdés
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